La fase fálica es una de las fases pulsasionales de la teoría
sobre el desarrollo psicosexual de Sigmud Freud. Esta tiene lugar en la
infancia entre las edades de 3 y 5 años. En esta etapa la zona erógena predominante
son los genitales y las sensaciones placenteras se obtienen sobre todo mediante
la actividad de orinar. No es raro ver a niños pequeños tocándose los penes,
jugueteando con ellos, tratando de descubrir lo que se siente el tocárselos. Y
si bien la malicia no está activa en sus cerebros, lo está al 100% en el
adulto.
Y es que aunque Freud se levante de su tumba, venga me
grite, me patee el culo y luego se vuelva a morir, tengo que afirmar que la
etapa fálica y el complejo de castración que conlleva el mismo hecho de tener
un pene, se extiende a través de toda la vida del hombre. Y es que la
importancia que recae sobre el atributo fálico es simplemente impresionante.
En “The Ugly Truth o La Dura Verdad” todo se reduce a que el
corazón del hombre está localizado nada menos que en la región genital. Los niños
que jugueteaban descubriendo la existencia de su pene, el cual solo les servía
para miccionar, pasan a ser adolescentes, que se tocan con premura y angustia,
tratando de obtener el mayor placer posible. La etapa de auto reconocimiento
cede su trono a la etapa masturbatoria para propio goce y de manera de eliminar
el stress, alguna vez escuche a un amigo, que se refería a la masturbación como
su somnífero, el alegaba: “Si no puedo dormir, un pajazo y al toque me tumba”,
yo solo reía, pues un pajazo no me servía ni para calentamiento jajaja.
La masturbación también le ha servido al hombre como manera
compensatoria en ausencia de una pareja sexual, como actividad complementaria a
una vida sexual que o no es completamente satisfactoria, o no es suficiente. En
fin, todos los hombres nos hemos pajeado, y algunos lo hacemos hasta ahora, si
me incluyo, a veces aun después de maratónicas sesiones de amor, todavía me
queda un poco de energía como para un pajazo, y sé que no soy el único.
El otro día vi un documental en HBO plus, sobre sexualidad masculina,
el cual refería a una especie de campamento nudista exclusivo para hombres, en
donde se les entrenaba a disfrutar de los orgasmos de una manera más intensa, y
algo que llamo mi atención fue la parte de los “círculos de onanismo”, en el
cual los 20 participantes de esta suerte de campamento de exploración sexual,
se dispusieron en un círculo totalmente desnudos sentados sobre una alfombra, y
el que dirigía el lugar les daba indicaciones de cómo masturbarse, y obviamente
todos empezaron a hacerlo, mirándose al principio de reojo, luego, lanzando
miradas fijas y hasta cumplidos sobre la buena “performance” y acerca de los atributos del compañero, en
grupo iban descubriendo hasta 20 formas distintas de masturbarse, o como el
instructor decía: “20 formas de acariciar su varita mágica”, y es que no
podemos negar lo fascinante que puede llegar a ser el tener un pene, y si es
uno grande mucho mejor, sin lugar a dudas la etapa fálica llega en la infancia,
pero se dilata hasta los últimos días de nuestra vida sexualmente activa, al
menos en los hombres, y en los gay, por experiencia propia, es incluso mucho
más importante, como dice mi amigo G., todo lo vemos “pinga”.
En otro programa de televisión, cuyo nombre no recuerdo,
entrevistaban a varias hombres asi como a mujeres, sobre esa costumbre tan rara
(desde mi punto de vista) y que se esta extendiendo con rapidez en el mundo, y
es la de poner un nombre a tu pene, la referencia más práctica es un capitulo
de “Two and A Half Men”, en que Charlie le dice a su amigo “El Rey Cobra” (no diré
“pequeño amigo”, pues según se dice de pequeño no tienen nada jajaja). Además habría
que pensar acerca de los cuidados particulares que merece un pene. Allí entraríamos
en la discusión de “Circuncidado o Sin Circuncidar” (Cut or Uncut en Inglés o
simplemente con pellejo o sin pellejo en el vulgo Peruano), y es que los dos
tienen sus pros y contras, lo importante es cuidarlo, mimarlo jajaja, pero
sobretodo protegerlo en todas las actividades sexuales, desde la masturbación
hasta la penetración y pasando por el sexo oral. Cuidado con las quemaduras por
fricción, las enfermedades venéreas y los raspones por los brackets o los
dientes jajaja. Y tú, estás cuidando el tuyo?
Creo que la pregunta final aquí seria: tener un pene o no
tenerlo? O mejor aún, que tal es tener dos? Hay algunos homosexuales a quienes
les molesta tener pene, y es por eso que deciden operarse y volverse mujeres,
al menos morfológicamente hablando, en lo particular, no concibo esa idea ni
remotamente, el simple hecho de considerar el no tener un pene, hasta me
aterra, creo que a lo largo de mi vida he generado un “falo centrismo” único, y
bueno, a mi me gusta lo que tengo y a mi
gordis también, así que, “que vivan los penes”. Eso de ser gay, te garantiza tener dos penes
para gozar, aunque a veces sean más de dos jajaja
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