Y
es que quién no ha fantaseado con tener un encuentro ardoroso con ese amig@ que
te pone a mil, y que sólo te ve como tal, como un amig@. Sin embargo, el riesgo
a quebrar la amistad es increíblemente alto, por eso, es mejor definir las
cosas desde el principio para evitar lastimarse mutuamente.
En
mi vida no he tenido amigos con derecho, a los pocos que llamo amig@s son y
serán eso, amig@s aunque después de tanto tiempo, considero que son parte de mi
familia y así los veo, sin ninguna intención sexual. Y no voy a negra que en mis tiempos de “cualquierita”,
he tenido amantes, pero eran como les decimos los del gremio: “Puntos” o “Choque
y fuga, los primeros son patas (al menos en mi particular caso ya que soy
exclusivamente gay) a los que uno llama de vez en cuando (ósea cuando te
acuerdas de que existen) y contactas un encuentro, consumas el acto, conversas
un poco, se ponen al día de sus vidas y de allí hasta que otra vez se
encuentren, sin contacto alguno en el intervalo, los segundo, son patas a los
que conoces en un antro gay (disco, sala de video, sauna, etc.) o bien en un
lugar de cruising (supermercado, café, baño público, etc.) y de quién sólo
sabes el nombre de “batalla”, su rol en la cama y si tiene jebes o no, para
comprarlos en el telo más cercano, por lo general es un “mete, saca, sacude y
guarda” y “si te vi por allí, no me acuerdo”. Hasta cierto punto considero que
eso es más práctico que tener un amigo con beneficios, al que forzosamente
verás con asidua frecuencia, y quién sabe tantos secretos tuyos, como tú de
él/ella, y por ende con riesgo a lastimarse por alguna indiscreción, o por el
simple hecho de enamorarse.
Si
uno quiere un amigo, un amante, un camarada, un cómplice, pues de plano te
emparejas y ya. No hay nada mejor que encontrar en tu novi@ todo lo que
necesitas a diferentes horas del día y dependiendo de tu estado anímico. Me encanta
tener a mi gordis, y no sólo es por el sexo (disponible a cualquier hora jajaja)
sino por lo que representa, mi amigo, mi camarada, mi cómplice, simplemente mi
otra mitad. Hoy a 9 años, 7 meses, 10 días y 18 horas de estar con él, quiero
decir, que no concibo mi vida sin él. Así que mejor que se siga portando bien,
sino le doy con la sartén en la cabeza jajaja.
Aunque
con la conchudez del mundo que me caracteriza diré: “Que vivan los puntos!”, “Qué
vivan los choques y fuga!”. “Que vivan!” jajaja, pero sólo para los que están
solteros, así no se complican la vida haciendo malabares entre la amistad, el
sexo y el amor.
Comentarios
Publicar un comentario