Somos sin lugar a dudas una subcultura de individuos fuertes,
aguerridos y decididos, ya sea con tacones altos como las travestis de la
avenida Washington que surfean entre luces de neón de los hostales de mala
muerte donde llevan a sus clientes, hasta los osos recios de saco y corbata,
que de una manera más disimulada militamos por nuestros derechos.
Yo por ejemplo, soy abiertamente gay con mi familia, amigos
y compañeros del trabajo, y ni que decir del facebook, el cual me ha servido de
varita mágica, la cual apunto a algo y lo vuelvo gay, gay, muy, muy gay. Es
parte de mi naturaleza, de un ama de casa emprendedora y de un padre policía y alcohólico,
no podría salir nada menos que un liberal sexopata con gran sentido del humor.
En mis treinta años he acumulado imágenes morbosas, muerte,
sangre, rabia, sexo, y eso solo en las películas, pero lo que más me ha
indignado son “Los crímenes de odio” y es que éstos están a la orden del día,
desde un insulto hasta los asesinatos, y aunque seamos fuertes, también lloramos,
si señores y señoras, los putos también lloramos, no todo es luces de
discoteca, lentejuelas, sexo en baños públicos y orgias entre semana, vivimos
en al misma sociedad que el común denominador de heterosexuales, respiramos el
mismo aire, bebemos la misma agua, competimos por los mismos empleos, tenemos los mismos deberes sociales, políticos
y económicos, más no los mismos derechos. No somos ciudadanos de segunda categoría,
entonces por que insisten en hacernos sentir así, dónde están las autoridades
cuyo sueldo se paga con nuestros impuestos?, dónde diablos se metieron el principio de
igualdad ante la ley?
Y es que a veces no nos queda más que renegar, hacer hígado,
golpear las paredes y llorar de rabia e impotencia. Considero que la marcha por
el Día del Orgullo Gay es un fandango que no tiene el poder que debería tener y
es que en este país en donde las más locas están en el armario y nos atacan, ya
que ven en nosotros lo que no desean ver en sus espejos.
En este momento un travesti debe de estar siendo golpeado,
torturado y hasta asesinado por ser lo que es, en este momento un padre borracho
e ignorante pero sobretodo falto de amor, debe de estar golpeando a si hijo por
sus amaneramientos, por haber – según él – manchado su apellido, en este
momento unos desadaptados borrachos estará violando a una lesbiana, gritándole que
ahora que sabe lo que estar con un hombre puede volver a ser normal, en este
momento, un niño, adolescente o adulto gay se podría estar suicidando pues su
madre, su padre y sus amigos lo
desprecia.
Desde mis trincheras – las aulas -, procuro educar a mis
alumnos en el respeto a la persona como tal, dejando de lado su orientación sexual,
raza, lenguaje, etc. Es tiempo de que esta mierda que llamamos país cambie, y
deje de ser la nación de algunos, el destierro de otros.
Los putos también lloramos, pero luego nos secamos las
lágrimas y nos hacemos más fuertes. Así que ven, dame tu mejor golpe, pero no
esperes que ponga la otra mejilla, jamás fui pacifista!
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