Capítulo
1: El Despertar
Diario de
Marco
Abril 3
Han pasado casi 8 meses
desde que mi abuela se desplomase cantándome happy birthday. Desde ese día no
tolero el olor a chocolate o las reuniones familiares. Que dicho sea de paso
siempre fueron muy pequeñas, ya que mi madre murió cuando tenía solo dos años y
ya casi he olvidado su rostro.
Las dos últimas semanas me
las pase ordenando la ropa de mi abuela, sus blusas floreadas, sus pantalones
holgados, he encontrado cosas inimaginables, desde un pantalón de cuero que me
niego a imaginar en que época loca de su vida uso, hasta frasquitos con
líquidos multicolores, una especie de daga, velas y una carta que no que no me
animo a abrir.
Abril 12
He dejado la carta sobre mi
velador por más de una semana, pues al no abrirla niego el hecho de que cada
noche cuando regreso a casa después del trabajo mi abuela no me tendrá la cena
caliente y conversaremos una y otra vez de las novelas que le encantaban ver. Extraño
nuestras largas charlas de todo y de nada al mismo tiempo, sus historias
fantásticas, los cuentos que me narraba cuando era pequeño, sus locuras
supersticiosas.
Abril 16
Ha sido un día terrible en
el trabajo y como si fuese poco la pantalla de mi laptop estallo
inexplicablemente. Como diría mi abuela: “estos cacharros del diablo, los haces
peor cada año”. El técnico no se explica cómo puede haber sucedido algo así y
mi jefe me la descontará de mi sueldo.
Pero lo más extraño es que
al llegar a la casa, la carta no estaba sobre mi velador, apoyada a la única
foto que tengo con mi abuela y mi mamá en el jardín junto a las rosas. Esta
sobre mi almohada como invitándome a leerla. He tomado el sobre cerrado y lo he
revisado y dado miles de vueltas, mi nombre está escrito con letra cursiva y
temblorosa, asumo que Amanda, mi abuela, debe de haberla escrito hace poco.
Parte de mi quiere abrirla, leer lo que en ella y la otra tiembla de solo
pensar que será un adiós anticipado y el encargo de que desocupe su habitación
y done todo a las hermanitas ursulinas.
Respiro profundo y me
dispongo a abrir el sobre, lo rasgo suavemente por uno de los extremos, hay
como cuatro hojas. Es momento de leer lo que mi abuela escribió:
Febrero 18
Querido Marco,
Ya estoy vieja y hasta cansada de la
vida. He perdido muchas cosas y a muchas personas, y también he recibido mucho.
María, mi hija, tu madre, fue una bendición, fue lo segundo mejor que me ha
pasado. Lo primero es sin lugar a dudas tu mi pequeño nieto, y si, para mí
siempre serás ese niño pequeño que llego en sus brazos una noche de mayo hace
ya casi 30 años, envuelto en una mantita celeste que yo misma tejí. Perdóname
por ser tan estricta, por ser tan obsesiva con algunas cosas, por ser según tu
una “supersticiosa”, pero tenía mis razones, pero sobretodo perdóname por
haberte mentido todos estos años.
Mis lágrimas no dejan de
rodar y rodar, mientras leo la carta, recordando su voz firme y dulce. Pero de
qué habla mi abuela, de que mentira está hablando.
Estoy más que segura que no podré
estar para tu 30ero cumpleaños, y me hubiese gustado decírtelo todo en persona,
sentarnos en la sala y conversar como todos los días. Como desde que eras
pequeño y corrías por la casa rompiendo mis adornitos de cristal. Pero si estás
leyendo esto, entonces mis premoniciones son tan exactas como cuando era
adolescente.
¿Premoniciones? ¿Pero de
que carajos está hablando mi abuela? Lo siento, ya sé que odias que diga
groserías.
¡Sí, leíste bien, mis premoniciones y
cuida ese lenguaje muchachito!
Ah?! ¿Cómo pudo saberlo?
No hay manera fácil de decir este tipo
de cosas mi pequeño. Pero fui una bruja, y tu madre también, y no me refiero al
mal genio, sino de aquellas que son capaces de volar en escobas, y de hacer
cosas que desafían el orden natural de las cosas. Y tú…tú eres un hechicero. Sé
que pensarás que estoy senil, que demasiada televisión y cuentos de hadas me
han hecho creer cosas inverosímiles. Pero es verdad eres un hechicero y uno muy
poderoso, pero ahora que ya no estoy a tu lado, el hechizo que puse para
suprimir tus poderes se desvanecerá, y si no me crees, como explicas que la
pantalla de tu laptop explotó está mañana sin razón aparente, fuiste tú, claro,
lo hiciste sin darte cuenta, así que tienes que aprender a controlar tus dones
rápidamente, porque hay seres malignos que te cazaran como un presa valiosa
solo para apoderarse de tus poderes.
¿Cómo lo supo? ¿Qué está pasando?
¡Esto no puede ser cierto!!!
Ya sé que esto ha de ser demasiado para
procesar, pero tienes que estar tranquilo, tus emociones están ligadas a tus
poderes y créeme en estos momentos eres como un niño con un arma cargada
jugando a los vaqueros. Así que has lo que te digo. Quiero que mires tu pelota
de futbol al lado derecho del ropero…
¿Que está sucediendo? ¿Cómo
sabe estas cosas?
Ya no estoy allí, por si te lo estas
preguntando, pero ya te lo dije, mis premoniciones son exactas, sabía que
leerías esta carta el día de hoy, y lo acontecido a tu laptop, así que procura
concentrarte y sigue mis indicaciones.
Quiero que recuerdes a José Mendoza,
tu compañero de quinto grado, el que rompió tu maqueta del sistema solar de un
pelotazo y dirijas esa ira hacia la pelota, moviendo tu mano derecha como
salpicando agua. Hazlo.
Bum, la pelota estallo,
trozos de cuero e hilo reforzado volaron por todo el cuarto, que diablos está
pasando.
Tranquilo mi niño, sé que esto te
parecerá extraño, pero lo que acabas de usar es uno de tus dos poderes activos.
El que acabas de usar es conocido en el mundo mágico como “aceleración de
partículas” tu cuerpo transmite una energía a objetos animados e inanimados que
hacen que sus átomos de aceleren al punto de literalmente explotar, es un poder
ofensivo increíble, cuando logres desarrollarlo podrás vencer a demonios de
alto nivel con él, el otro es un poder complementario, se llama “éxtasis de
partículas”, este hace que los átomos del cuerpo se detengan al punto de que
parece que el tiempo se ha congelado, si bien tu poder de hacer explotar
objetos se activa con la ira, el otro se activa con el miedo, pero solo es
temporal, así que usa esa ventaja para escapar de tu adversario, sobre todo si
es un demonio que requiere el poder de tres.
¿El poder de tres?
Si, el poder de tres, es la suma y
enlace de poderes de tres hechiceros, que forman un especie de vinculo mágico y
que les permite el poder maximizar su poder individual. Primero debes de
encontrarlos, he apuntado su posible ubicación teniendo en cuenta mis
premoniciones, pero algún velo mágico sobre ellos me ha impedido saber sus
nombres o si ya han activado sus poderes. Lo único que sé es que deben de estar
juntos para Halloween, el año nuevo de las brujas, e invocar el poder de tres y
reclamar a Gabriel el libro que le di a guardar.
Pero ¿quienes son esos dos
y quien es Gabriel? ¿Qué libro?
Uno de los hechiceros tiene el mismo
don que yo, la “pre-cognición/ retro-cognición”, pero algo ha impedido que
logre enlazarme psíquicamente con él, quizás porque su poder aún no ha crecido
lo suficiente, o por otro poder que desconozco, pero que intuyo es un poder
defensivo. El último integrante será alguien de linaje mortal, el primero en su
familia en haber sido bendecido con el don de la magia y tendrá el poder de la
“telekinesis”. Al primero lo encontraras el 23 de Mayo en el cementerio el
ángel, su incipiente vinculo y el destino que comparten te guiará hacia él.
Hasta entonces tienes que practicar hasta controlar tus dones a voluntad, y
mantente alejado de lugares solitarios, que es donde los demonios atacan, ya
que no quieren exponer su existencia al mundo, y tú también se cuidadoso, pues
el mundo no está preparado para descubrir que las brujas y hechiceros somos
reales y estamos aquí desde los inicios de la humanidad.
Ve a dormir ahora, ha sido un día
agotador. Bendito seas mi niño. Bendito seas.
P.D. La casa está protegida contra
demonios y espíritus, pero esos sellos se irán desvaneciendo lentamente. Debes
tener el libro para volver a recitar el hechizo.
Recostado en mi cama sin
poder dormir, ahora soy un hechicero, y tengo que luchar con demonios, y además
buscar a dos personas sin nombre, a un tal Gabriel y pedirle un libro, ¿qué
libro? Maldición, la 1 de la mañana, sino me duermo ahora, mañana no me
levantaré.
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