Y a eso llamas pene?!

Creo que he dejado bastante claro que durante mi adolescencia y juventud fui por decir lo menos “un cualquierita” jajaja, o como diría mi amigo Pedro, una “Super Bitch” con sonrisa de yo no fui.

Mi despertar sexual llego a corta edad, y la cúspide de la voracidad sexual llego a los 16 años, recuerdo que a esa edad ya había terminado el colegio, por lo que deje mis clases sabatinas de inglés en el CIPUCP que quedaba en la avenida Camaná, cerca de la plaza Francia, para registrarme en el horario de lunes miércoles y viernes de 6 a 8pm. Es allí donde llego a conocer la parte oscura y malévola de la ciudad. Es en mi clase de Intermedio 7 que conozco a Edgar, un muchacho que practicaba fisicoculturismo y el cual tenía un ego que si no caminaba con cuidado de seguro que lo pisaba y se tropezaba. Edgar siempre fanfarroneaba hablando de sus conquistas y de lo gran amante que era, así como de la gran bendición entre sus piernas.  Edgar era un hombre de unos 26 años, cabello crespo y oscuro como la noche y como sus intenciones jajaja, era alto asumo que un 1.78m en ese entonces yo media 1.70, y como mencioné antes tenía un cuerpo musculoso, lastima que no todo en el era tan llamativo como él hacía creer.

Edgar siempre me molestaba, pues siempre ha sido muy fácil el descubrir que soy gay, por la forma en que hablo, o por ademanes, recuerdo que era cumpleaños de un compañero del aula, y como ya habíamos estado estudiando como 3 meses juntos, decidimos ir a tomar un trago por allí, yo era menor de edad pero no lo aparentaba, así que entre sin mayor problemas en un bar de mala muerte en el centro de lima, tome muy poco en realidad, y siendo las 11 de la noche les dije que ya me iba, edad, como nunca antes se mostro amable y me dijo que me haría la taba pues era medio peligroso el lugar y que de allí él también zafaba para su jato.  En ese entonces no era tan dirty-minded como lo soy ahora, asi que sonreí y le dije, sale, vamos por allí pes. Salimos del bar y caminamos un apr de cuadras y el suelto de huesos, me agarra del hombro y me dice: “Carlos, y tu eres cabro o solo pareces?”yo sonreí y le dije: “me gustan los patas”, el añadió: “yo quiero probar, por qué no vamos a un telo de por aquí?”, yo lo dude unos segundos de allí dije: “vamos tan sólo con un movimiento de cabeza de manera afirmativa”. Nos dirijimos al telo que quedaba por la avenida Washington, en el camino el comenzó a hablar de poses sexuales, de cosas que quería hacer, yo solo escuchaba, le dije que llamaría a casa diciendo que llegaría tarde, así que me detuve en un teléfono público y llame a mi casa, le metí floro a mi vieja, aduciendo que la fiesta por el cumpleaños de mi compañero se extendería un par de horas más, y como siempre había sido muy responsable, mi madre me digo, ten cuidado al regresar y colgó. Llegamos al telo, el pago, dejo su DNI, subimos a la habitación 302. Ingreso yo primero y me senté en la cama, y me senté en la cama, el cerro la puerta tras de si, y dijo: ahora vas a ver lo que es un hombre de verdad”, y en un dos por tres se saco el polo, se saco la correa, el jean y arrojo las zapatillas, yo solo lo mire, en verdad tenía un cuerpo increíble. Y yo me decía a mi mismo: “ha de tener una cosota”. Luego se saco la ropa interior, un slip celeste, Y fue allí que no resistí la carcajada, lo apunte con el dedo índice y cual Nelson de los Simpson, me reí y dije: “A eso llamas pene? Tanta alharaca para eso?”,él se puso colorado, trago saliva y me dijo: “Oe, pero si la tengo gruesa y grande!”, yo me baje los pantalones, con esa confianza innata de tener raíces piuranas y negras en mi sangre, y le mostré lo que era un pene de verdad jajaja, fue allí que Edgar, de lobo feroz paso a ser corderito, simplemente lo deje sin palabras, me subí el pantalón y salí de la habitación, me fui a mi casa, llegue antes de lo calculado, me fui a dormir, no sin reírme de lo acontecido, vi a Edgar dos días después de aquel bochornoso incidente (bueno para él, pues su hombría se redujo a los 13 cm que calculo tendría su pene), y al verlo no pude evitar soltar una risita burlona, el sólo se puso rojo, terminamos el ciclo una semana después y nunca más lo volví a ver, al p[arecer se cambio a cursos sabatinos.

Experiencias como esa las he tenido varias veces, y es que me encanta la idea de destruirle el ego inflado a esos machitos de barrio, cuya actitud varonil, les hace pensar que un chico rosa y delicado como yo, se va a agachar apenas ellos se bajen el pantalón, mostrando sus miseria. Osea hello!, pero como siempre lo dije: “Yo por huevadas, no me agacho!”

Y es que en mi vida he conocido, a varios hombres, muchos de ellos cumplen con todos los estereotipos de una persona con un pene grande: los de manos grandes, los de pies grandes, los de narices grandes, los flacos castañitos, los negro, y nada, eso no es de fiarse, en especial los del último grupo, he tenido sexo con 3 negros en mi vida, mucho antes de iniciar mi relación con mi gordis, y ninguno de ellos podría ser clasificado como Above Average y mucho menos Outstanding.

A lo Machin Alberto: Ajo, are, erda! Con el paso del tiempo llegué a la conclusión que el ser Moderno (o Versátil) y tener un pene grande es todo un dilema; la mayoría de las veces es genial serlo, pues como activo, desde que la muestras ya tienes asegurado el interés del pasivo, (también sirve para cagarles la autoestima a tanto hetero cojudo que cree que los gays y sobre todo los gordos como yo la tenemos chiquita jajaja, mito que me encanta descartar frente a sus ojos jajaja) pero si quieres fungir de pasivo, pues es todo un dilema, me la ven y se agachan en one, y me quedo con las ganas.  Es una joda ser, como me suele llamar mi buen amigo Hugo S.: “Maricón pingon!”
P.D.(1): Así que la próxima vez que quieran presumir de su pipilin, pues mejor asegúrense que puedan ganar la apuesta, sino lleven sus rodilleras jajaja

P.D.(2): En retrospectiva creo que debería de haber hecho un cartel que diga no se admiten menores de 19 cm x 15.5cm (largo y contorno). así me hubiese ahorrado mucho tiempo y muchas carcajadas!