El avión aterrizó sano y salvo en el mejorado aeropuerto internacional Jorge Chávez…mi gordis fue a recoger a su hermano, a su cuñada y a su sobrina (quien según él refirió…estaba huraña y lo que menos quería era compañía, en fin), llegaron a la casa a las 9 a.m. Yo para ese entonces ya había terminando de hornear los tres tipos de muffins que había planificado y de cortar, picar, deshilachar y acomodar las cosas que serviría más tarde y que ahora reposaban en el refrigerador, el mismo que sólo está repleto cuando hay una reunión de por medio.
En fin, las llaves del colmado llavero del Barcelona se agitaron en la mano de mi gordis, al girar la llave de la puerta principal, esta se abrió, yo me levante del sofá donde yacía escribiendo, y surfeando en el Internet (hueveando en el Facebook describiría mejor mi actividad en ese momento). Me dirigí a la puerta salude afectuosamente y les ayude con las maletas, les enseñamos el cuarto donde dormirían y les dimos el Tour respectivo por el departamento, la nena seguía arisca pero, luego de terminar el tour le ofrecí un paquete de galletas y con eso me gane le título: “tío Carlos”, lo cual es gracioso, pues ni mis propios sobrinos me dicen así, pues un cachetadon y los ubico, en mi casa me dicen Martín, así que ellos también me dicen así, Martín a secas.
Conversamos sobre el viaje y nos alistamos para ir a almorzar, nos enrumbamos al Mirador, restaurante que queda en Chucuito (la Punta), en un segundo piso, que en verano se llena desde las 11 de la mañana, con una vista espectacular, perfecto para comensales exigentes, adictos al ceviche como nuestros huéspedes, pero no para un para una niña de dos años y medio con ganas de jugar y cuyo idioma materno es el inglés con una mezcla sutil de vocablos en portugués. Invitaron al almuerzo a una pareja de amigos, los mismos que tienen dos hijas, una de 9años (alumna modelo e increíble nadadora) y una pequeña de 3 años (amante de las pinturas con crayones=, ambas tan tímidas como “Violeta” en los “Increíbles”, miraban a la mesa, se miraban las uñas, ni siquiera saludaron. En fin nos entretuvimos en una charla amena con la madre de la esposa, quien coincidente y asombrosamente era de Moquegua y con quién conversamos de los cambios económicos-sociales y culturales acontecidos en la última década en Moquegua. Ordenaron una ronda marina y ceviches…osea jelou…ya se imaginarán que pedí: “bisteck a lo pobre”, ante la vista atenta y desaprobatoria de todos los amantes cevicheros, pero ni modo pes…el almuerzo de prolongo a pasadas las 3 de la tarde, por lo que me disculpe y me regrese a la casa terminar los preparativos propios de una reunión, ellos se dirigieron al parque frente al restaurante en el cual se irguen juegos para niños.
Llegué presuroso a la casa preparé los “Frostings” para los muffins, los tequeños rellenos de chocolate y acaramelé las peras como toque final a los bocaditos que me había empeñado en preparar. Llegaron poco antes de las 5 de la tarde, se fueron a alistar, yo hice lo propio y a las 6 comenzaron a llegar los invitados, los mismos que se atrincheraron alrededor de una mesa cuya comida nunca se acababa…una vez más palmas compañeros…para mi jajaja…otra vez el yo egocéntrico tomo control de la situación y bum…todo salió perfecto, les regale muffins a los asistentes, se fueron todos a la medianoche y termine de ordenar la cocina, la sala y el baño de visitas a las 2 am, de allí me fui a mi cama y dormí como piedra. Me levante a las 8 am, debido a unos llantos histéricos provenientes de mi “nueva sobrina”. Me deslice hasta el baño de visitas y me aliste para servir el desayuno. El día transcurrió lento y alborotado…niños… no vengan a mi, May I have your attention please?, I repeat, May I have your attention please? Chukies…no vengan a mi!!!
El Lunes 1 pasaron el día en casa de su amigo, por lo que mi gordis y yo tuvimos paz, quietud y espacio para la nuestro…mi cama era una rana, saltaba oyendo un blues…El Martes 2 de octubre los tíos de mi gordis nos invitaron a almorzar a su casa, fuimos los cinco y la pasamos bastante bien,(aji de gallina, damasco, vino y torta de guanabana), regresamos a casa luego de hacer una parada técnica en el Coney Park, soporte 45 minutos de bullicio, y luego huí a refugiarme en WONG de Plaza San Miguel y a gastar inconscientemente, para que se me pase el ataque de urticaria que estaba padeciendo debido a la sobre-exposición de chuckies.
El miércoles día de mi cumpleaños número 31, se fueron a visitar a su tía, luego a almorzar y adivinen que?...si…ceviche, yo me quedé en la casa, respondiendo saludos de cumpleaños, mi gordis llego para el almuerzo, nada espectacular por cierto, lo mejor fue el postre jejeje…I´m addicted to you, porque es un vicio tu piel…ay Shaks, como me describen tus letras…en fin, estuvimos juntos en la tarde y luego fuimos a cenar al China Wok con sus respectivos tragos y regresamos a casa a esperar a nuestros huéspedes, a quien mi gordis llevaría a las 6am del día 4 al aeropuerto y de allí me recogería y seriamos nosotros los presurosos transeúntes en el aeropuerto!
Nuestro viaje se iniciaba con el check in y el bag dropping a las 8:30am hora local, mientras escuchábamos: “En este aeropuerto no se emiten anuncios de embarque” y “Put your graffiti on me” de Kat Graham, retumbaba en mis audífonos inalámbricos de MOTOROLA!
Comentarios
Publicar un comentario