¿Qué nos convierte en familia? La consanguineidad? el matrimonio? los hijos? el vivir bajo un mismo techo? el mero amor? Pues, no lo sé. Sólo sé que tengo una gran familia que comienza con una familia nuclear que consta de papá, mamá, tres hermanas, un hermano, y una familia extensa en la que cuento tres cuñados, dos sobrinos, una sobrina, una abuela, un abuelo, dos tías, y un novio, y con quién vino a mí una nueva familia, la suya.
En esta vida puedo decir que hasta para mi familia política he tenido suerte, mi gordis tiene dos hermanos que viven en el extranjero y los cuales vienen a Lima de vez en cuando y con ellos, sus esposas y sus hijas, tengo una relación muy cordial. Sus padres aunque mayores y con ideas medias cuadriculadas, me han aceptado con todas mis manías y engreimientos jajaja (su mamá me dice Carlitos, y he descubierto que ella jamás utiliza diminutivos, pero que como otros parientes me dicen así, ella también jejeje, lo cual me hace sentir, en confianza), pero sus padres viven en Arequipa y con ellos pasamos Navidad y una que otra fiesta, así como mis vacaciones. Allá viven su tía M, su tío M y su tío E, los tres casados y con hijos, con los cuales me llevo muy, muy bien.
Aquí en Lima, la historia se repite, sus tíos por parte de padre viven aquí en Lima, en el Callao para ser más o menos preciso, ellos, sus esposas, hijas e hijos me dicen Carlitos, y sus primos, me dicen primo, lo que si no me gusto es que sus sobrinas que tienen sólo 5 años menos que yo me digan tío Carlos, yo le digo a mi gordis. “Si lo repiten, les doy un sopapo”.
Aquí en Lima, en Bocanegra, muy cerca de la comisaria y la Parroquia Santa Mónica, vivía su tía Hernilda, hermana mayor de su mamá, a quién conocí hace poco más de 8 años, y quién nunca pregunto quién era yo, simplemente lo asumió, luego al confirmar sus sospechas, lejos de escandalizarse o alejarse, nos acogió con un cariño inmenso, al punto de decirle a mi gordis: “Que suerte tienes de haber encontrado a un muchacho así”, si supiera que a veces le saco canas verdes a su sobrino. Recuerdo que para mi cumpleaños número 25 ella nos invito a almorzar, tenía planeado cocinar “Cuy chactado estilo Moquegua”, el cual según conocedores, es el mejor, sin embargo como sabrán, yo no como cuy, es más pago por que se lleven el plato, y es que solo ver al animalito con los dientecitos afuera y las patitas estiradas, me dan cosas tipo doctor Chapatin, así que en una jugada maestra me sirvió pollo frito que por cierto estuvo de rechupete!
Almorzábamos muy seguido con la tía Hernilda, a veces cambiábamos el almuerzo por el desayuno, que siempre era suculento, en sus limitaciones económicas nos brindaba exquisiteces, me enseño un par de recetas con las que de seguro podría ganar cualquier concurso de cocina. Pero la vida no siempre es alegre todo el tiempo, el cáncer ataca a Hernilda y le tuvieron que extirpar dos lóbulos del pulmón derecho, y aunque su recuperación tuvo altas y bajas, ella siempre se mantuvo firme en su fe, rezando el rosario, comulgando, orando, queriendo a los suyos (y me incluyo, pues parta sus vecinos y amistades, yo era el sobrino Carlitos). El 28 de octubre, la procesión del Señor de los Milagros de la Parroquia Santa Mónica hizo la escala habitual en casa de Hernilda, una de las gestoras de la Hermandad en Bocanegra, y a quién la comunidad apreciaba, nadie sabría que esa visita sería la despedida y es que este lunes 29 de octubre del 2012, el Señor la llamó a su lado. Y en un emotivo velorio, sus familiares, amigos y allegados se despidieron de una mujer fuerte, decidida y hasta coqueta.
No sé qué nos hace familia, pero yo a ella la consideraba una de los míos, y por ende me duele el saberla en silencio y lejos. Desde este espacio virtual me despido, de la única manera que sé, escribiendo, Hernilda, gracias por todo el amor que nos diste. Un beso y hasta siempre.
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