Hace unos días encontré
una imagen en la red que comenzaba así. Y quizás tenga razón, sentirse triste y
melancólico, vacío y apático por algo que sentimos que nos falta, no es acaso
estar, de cierto modo, estancado en el pasado.
Y si eso es así, pues
me he quedado estancado en el pasado, añorando todo lo que he perdido hasta la
fecha, mi abuela Chela, mi tía abuela Dominga, mi abuela Benita y mi madrina
Trini, y en algún momento me perdí a mi mismo.
Y ustedes, dirán
Juat?! Pero si tú ya eras un perdido! Sorry, with excuse…well, quizás un poquito. Pero sí, me perdí a mi mismo y me extraño. Extraño
las cosas sencillas de la vida…el poder despertarme descansado sin la boca seca
y amarga, sin esa sensación de resaca medicamentosa, levantarme sin tener que
comprobar si mis piernas y brazos no están entumecidos y me vaya a sacar la
mierda al pararme, el poder ducharme sin que el agua me duela en la piel, el
poder ponerme las medias sin que mi espalda se sienta quebrada como plato vidrio
caído, extraño el poder caminar largas distancias sin fatigarme, el poder ir al
supermercado y cargar las bolsas sin mayor esfuerzo, el poder dormir
profundamente a voluntad, extraño el caminar sintiendo el suelo y viendo a las
personas avanzar con normalidad y no en cámara lenta o como borrosas manchas
móviles. Extraño el no sentirme yo mismo, y tener esta imperiosa necesidad de
llorar y gritar, y reír maniáticamente al mismo tiempo, tratando de disimular
el hecho de que a veces me duele hasta la misma ropa que me pongo, que tengo
calor aun cuando hace frío, que el sol me produce migraña y unas nauseas
incontrolables, pero ni modo…c’est la vie…al menos camino, al menos con todas
mis pastillas hay días en lo que el dolor es mínimo, y en los que me siento con
energía para hacerlo todo.
Y entonces procuro hacer
lo más posible: salir, pasear, limpiar, meditar, ir al supermercado, cocinar, acostarme
en el suelo a meditar, cantar (desentonadamente), bailar como chango, etc, etc.
Tan sólo para darme cuenta que al día siguiente me arrepentiré de todo…y me repetiré
cuando esté tumbado en mi cama pepeado mal: la cagaste, sabías que no debías
excederte. Y mientras me pongo las compresas calienta y espero que mi cocktail
intravenoso haga efecto, no podré dejar de sentirme triste. Sí, y es que a
veces es inevitable el sentirse triste y deprimido, aun cuando me niegue
sobremanera a aceptarlo y decir…estoy bien, lo cual significa nada más y nada menos
que: “hoy me duele el cuerpo, pero todavía aguanto”.
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