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Matriarcas


I call forth from space and time, 
The matriarchs from my blood line, 
Mothers, daughters, sisters, friends, 
Our family's spirit without end, 
To gather now in this sacred space 
And help us bring this day to grace.

Si me preguntasen cual es la palabra más poderosa del mundo,  sin lugar a dudas diría Mamá, y es que no importa cuán jóvenes o viejos seamos, si decimos mamá en voz alta, las cosas parecen alivianarse mucho.

Y no es una facultad aprendida, es algo inherente, algo que parece haber sido inscrito en ella desde tiempos inmemoriales.  Podría decir que mi mamá es la mejor del mundo, pero no sería una apreciación adecuada, como todo ser humano se ha equivocado y agradezco esos errores, tanto o más que sus aciertos, pues me han hecho verla tal como es, un ser humano, alguien cercano, alguien con quien puedo conversar de todo, incluso de mi pareja (de mi gordis, de nuestros altos y bajos, de la misma manera en que mis hermanas comparten los suyos), alguien con quien puedo intercambiar recetas, trucos de cocina, chismes de la familia, alguien que no ha terminado de enseñarme todo lo que sabe, tan sólo para que ese lazo que hemos construido se vuelva perpetuo. Imagino que en este punto, dirán, este gordito (y digo gordito, pues ya baje de peso, lero lero jajaja), ya quemo, pero es cierto, hay vínculos que se construyen a diario, algunos son efímeros, algunos otros rebasan generaciones y otros pocos hasta planos existenciales.

Sin lugar a dudas he sido afortunado con la madre que me toco, aún más, me siento un poco más bendecido que el resto, pues tuve una abuela que muchas veces fungió las labores de madre, unas tías (hermanas de mi mamá) que siempre estuvieron para mis hermanas, mi hermano y por supuesto para mí, una madrina que siempre está pendiente de mí, una tía abuela que era la única capaz de darme de comer cuando era un chibolo antipático incapaz de sentarme a comer sin joder jajaja…y a una cuasi-bisabuela que siempre compartió sus trucos de cocina conmigo y en cuya cartera siempre habían unos cuantos chocolates extras sólo para mí, otra tia abuela que me enseño que el secreto de un buen keke de naranja es y siempre será el cariño con que se prepare, la paciencia y un chorrito de pisco.

Y ahora más que ayer, me siento rodeado por esa energía maternal que se respira en cada rincón de la casa de mis abuelos, cuando mis hermanas, hoy por hoy también comparten ese don, con mis dulces tormentos, o mis amados “niños cara de caigua” como les digo de cariño, antes de agarrarlos del cuello como a Bart Simpson y lanzarlos al sofá a hacerles cosquillas, tan sólo para que sus risas escandalosas nos lleguen al alma e inunden de buena vibra la vieja casa que nos ha visto nacer, crecer, correr, azotar puertas, pelear y reconciliarnos una y mil veces, y cuando esas risas cesan, ellos simplemente dicen: “Otra Vez”…como el bebé Sinclair…como les gustan los juegos toscos.

Hoy se supone que es un día especial, aunque en realidad tengo mis reservas, pues no creo que sólo se deba de celebrar a una madre, abuela, tía, o madrina una vez al año, sino cada vez que uno puedo, cocinar con ellas, llevarles flores sin razón aparente, comprarle los chocolates que adoran y “caleteárselos” en sus carteras con una simple notita: “Disfrútalos y no invites…Besos!”, acompañarlas al hospital cuando lo necesitan, conversar de sus cosas y prestar atención a sus historias aunque te las hayan repetido 100 veces, o meterles en el bolsillo un pequeño sobre con dinerito de vez en cuando y decirle: “Para que te vayas de juerga con tus amigas”, simplemente acomodando su cabello como ella lo hacía cuando eras un mocoso y cuando ya no están con nosotros, (sino que desde el otro lado nos miran y están apuntando sus chancletas para lanzarnolas por la cabeza cuando simplemente la “caguemos”), encender una vela en un nombre, un incienso y orar, dar gracias por su amor, y pedir que siempre nos acompañen y nos guíen, o si gustas llevarle flores al cementerio, aunque para mí, allí sólo hay tierra, lo que ellas fueron en vida está en nuestra mente, en nuestro corazón y nos acompañará siempre.

Hoy es un día especial en mi casa, mi abuela, mi madre y mis hermanas celebran una vez el día de la madre…y yo, yo celebro la dicha de tenerlas en mi vida y todo el amor que siempre me han dado y seguro me seguirán dando.
A ustedes, muchas gracias, muchas felicidades y salud…si salud, porque en mi casa se brinda cada vez que estamos juntos, y no sólo por un cumpleaños o un día como hoy, sino porque nos tenemos los unos a los otros, nos amamos en nuestras diferencias y ese amor nos hace fuertes y más felices o no? Graciela, Dominga, Trini, Manuela, Carmen, Delia, China, Harumi, Rosa, Chela, Verónica…salud!!!


P.D.: Y a todas mis amigas que son madres, que las engrían mucho, pero, no sólo hoy…sino muy, muy seguido, sean felices y sigan siendo mujeres tan geniales, sigan siendo madres dedicadas, maestras de corazón y vocación, pero sobretodo sigan siendo ustedes mismas, mujeres de las que me siento orgulloso llamarme amigo.

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