Hoy hace catorce años, un martes con una ligera garúa, estábamos esperando fuera del hospital un preocupado abuelo y un histérico tío. Mi hermana estaba en sala de partos y mi mamá había logrado colarse dentro de las instalaciones médicas. Mi papá se tocaba el cabello que en ese entonces no era tan cano como ahora y aunque no lo decía estaba nervioso y hasta ansioso, su primera nieta estaba por nacer. Después de haber contado algunos chistes y agotar nuestros temas clásicos de conversación, salió mi mamá y nos informó que la bebé había nacido y tenía 10 dedos en manos y 10 en pies, que era pelona y cachetona. Aquella niña, fue bautizada con el nombre Ariana Victoria Silva Cáceres, la vimos crecer, aprender a comer, a caminar, a correr y ahora la vemos ya convertida en la típica adolescente que a veces responde mal, voltea los ojos, y hace sonidos extraños entre dientes, pero también es el vivo retrato de mi hermana, aun cuando no luzcan iguales, comparten el mismo espíritu, la
Escribiendo lo que pienso, lo que hice y lo que hago!