Hoy hubieses cumplido 80 años, y aunque hace un tiempo ya no caminabas,
ni corrías a la cocina a servirnos más comida, con la frase “un poquito más”. Hoy
la hubiésemos pasado juntos riendo de todo y de nada, comiendo, pues así se
celebra la vida y el estar juntos en familia.
Hoy hubieses visto mi barba que
con los meses se pone más blanca. Hoy hubiese acariciado la panza de Rosa que
está cada día más grande, y hubieses preguntado por los rulos de Edu, hubieses
visto a Ariana ya una señorita, y hubieses visto a César y me preguntarías si
le sirvo más comida. Hoy te hubieses sentado al lado de mi abuelo Santos, y comeríamos torta,
tomaríamos vino, y ya llenos de tanta comida, y con los músculos de la barriga
adoloridos de tanto reír, te hubiésemos dicho, nos vemos pronto.
Pero, la historia se escribe a sí misma, con su propio estilo y en sus
propios términos. Tuviste una vida difícil y aun así sonreíste siempre,
lograste ver a tus nietos y hasta tus bisnietos y en ellos dejaste algo tuyo,
algo que sigue viviendo y latiendo. Y ese recuerdo es indeleble como el ADN.
Así que hoy, aunque no te vea te siento cerca, y quizás no pueda
visitarte allí donde resides, pues hay miles de vientos de distancia, allá
donde siempre es de día. Al otro lado del puente nos encontraremos cuando
llegue el momento. Hasta entonces guarda mi aro de plata. Hasta siempre.
El amor no se puede olvidar.
ResponderEliminarEso es una marca indeleble!
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