A veces vemos a las personas pero realmente no observamos
con detenimiento, simplemente las vemos deambular a nuestro nado, sin saber
siquiera que penas las aquejan, o que dolores físicos o mentales procuran
disimular con una sonrisa o con una impostada actitud de sobriedad y calma.
A veces levantarme me cuesta la eternidad, es un esfuerzo
titánico el ordenarle a mi cuerpo tan laxado por los analgésicos que se ponga
de pie, o al menos se arrastre hasta la cocina a tomar agua y las pastillas
correspondientes a la mañana, la cantidad de energía que utilizo para
concentrarme y caminar erguido, ducharme, vestirme, ir al trabajo, subir
escaleras, estar monitoreando a mis alumnos en el aula es increíble, nunca
pensé sentirme tan cansado, metiendo mis manos a los bolsillos y pellizcándome
las piernas tan sólo para mantenerme despierto, aunque tengo que escoger bien
los puntos de piel, ya que he perdido sensibilidad en ciertas áreas.
Nunca pensé que mi condición física mermase al punto de ver
pasar en cámara lenta cada uno de mis pensamientos, como ordenes medio
masticadas que mi cuerpo acata a regañadientes y bostezos incontrolables. El
girar sobre mi propio eje es difícil, sobre todo si no me concentro y tengo que
agarrarme de la pizarra o del pupitre más cercano, y si la temperatura
ambiental se incrementa en lo más mínimo mi cuerpo lo resiente de la peor
manera. Pero quizás lo que más me perturba es el miedo, el saber que si los tratamientos no funcionan, un dia no podré levantarme de la cama.
He llegado al punto de preferir dormir a comer, tomo litros
de agua como camello surtiéndose el buche antes de ir al desierto, y poner
varias alarmas para tomar los medicamentos puntualmente…lo bueno es que ya no
me duele nada, es más me podría golpear y no sentiría, lo malo es que siento mi
cuerpo ajeno, tan libre, tan volátil, tan indómito, tan sin control de si mismo,
en fin, tenga para un mes más de tratamiento y para agudizar mis artimañas escapitas para esconderme de CEDRO o
Centro Victoria, un mes para ver como mi cuerpo funciona en automático, un mes para
poner a prueba la voluntad de mis pensamientos de levantarme cada mañana.
Pero como dicen los alcohólicos y drogadictos en
rehabilitación, personas con depresión crónica y los que sufren de dolor
motriz…un día a la vez!
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