A veces necesitamos un manual instructivo para operar las cosas, otras
simplemente seguimos nuestros instintos y vemos cómo resulta todo. Supongo que
eso es aplicable a todas las actividades humanas y en especial la admirable
labor de ser madre.
Carmen Rosa Agurto Ortiz, se volvió madre hace casi 37 años, y desde
entonces ha tenido altos y bajos, momentos de extrema felicidad y episodios
sumamente tristes, se ha guardado litros de lágrimas y también ha derramado
otros tantos, ha reído, ha soñado, ha creado, ha escrito poemas, ha trabajado
duro, ha criado, engreído y corregido a sus hijos, y todo lo hizo sin un
manual, y de seguro debe de haber cometido errores, algunos por omisión, pero
siempre estuvo allí para nosotros.
Ella conoce lo bueno, lo malo y lo feo de todos nosotros, conoce lo que
nos gusta, lo que nos disgusta y lo que nos aterra y aunque muchas veces sé que
no ha sido nada fácil el ser madre de 5 revoltosos hijos con personalidades tan
variopintas como “The United Colors of Benethon”, tengo la certeza de que no
cambiaría el ser madre por nada del mundo.
Pocas cosas son certeras en esta vida, y en la mía es ella…pues sé que
ella siempre estará allí para mí, después de todo el día que yo nací, ella se
volvió madre y sin instructivo/manual alguno, me enseño a ser generoso con los
demás, a preocuparme por el prójimo, a cuidar a los que quiero, a trabajar con
ahínco, a ser agradecido, a reír con sinceridad, me enseño que después de
llorar uno se hace más fuerte, pero sobre todo a optar por la felicidad por
encima de todo. Si bien es cierto que todos sus hijos no somos perfectos, hay
un poquito de ella en cada uno de nosotros y sobre todo mucho amor. Te amamos
Mami…feliz cumpleaños y que sean muchos, muchos más!
Si hay una pizca de bondad en mí, créanme la implantó allí mi mami!
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