Navidad,
que tiempo tan extraño. Criado en una familia católica, la costumbre siempre
fue ir a misa, cenar, abrir los presentes, brindar y reventar juegos
pirotécnicos supervisados y animados por mi papá que dejaba a su niño interior
salir…sin lugar a dudas una fecha especial en familia.
Con el
pasar de los años, uno se da cuenta de todo el arduo trabajo que implica poner
la mesa, preparar la cena, ir de compras, envolver regalos y que todo quede
listo a la hora exacta. Con el pasar de los años uno va afinando sus gustos
particulares sobre sus propias costumbres navideñas. Como Wiccan, no le veo ese
sentido magico-religioso que mi familia comparte. Yo celebro Yule, que coincide
con el solsticio de invierno, el dia 21 de diciembre orando a mis propios dioses.
Aun así me encanta esta fecha, pues me trae gratos recuerdos de mi niñez.
Navidad, un
tiempo de estar con la familia, el recordar que nos tenemos los unos a los
otros, que crecemos fuertes en el tiempo, que aumentamos en número y también en
volumen corporal jajaja…aun cuando hay años en los que no puedo compartir la
mesa con mis abuelos, mis padres, mis tías, tíos, hermanas, hermano, primos,
cuñados, sobrinos y sobrinas, mi corazón está con ellos aun separados por 1009 km y aunque los
extraño sobremanera, no estoy triste, pues cuando no la paso con ellos, la paso
con la familia de mi gordo, la misma que me ha recibido desde siempre con los
brazos abiertos, y con quien he compartido sus propias tradiciones, el cantar
villancicos que por cierto nunca me interese en memorizar, el prender chispitas
mariposas delante del nacimiento, y también la cantidad enorme de comida sobre
la mesa.
Si bien
siempre me siento a gusto aquí, aun cuando no compartimos un vínculo sanguíneo
o legal, me siento parte de su familia, opinando sobre la cena e interactuando
en los ritos propios de las fiestas. Esta Navidad en particular fue triste, nos
faltaba un integrante, el papi de mi gordis, mi suegro. Fue la primera vez sin
su presencia, sin su voz, sin sus anécdotas, sin su risa contagiante y se lloro
su ausencia aun cuando dudo mucho que el hubiese apoyado eso.
Mi propia
cosmovisión de la vida y la muerte es algo menos dolorosa, si bien no puedo
abrazar a los que partieron, cada vez que recuerdo algo de ellos, no lloro, mas
bien sonrío …doy gracias al destino por haberlos conocido, por haber tenido la
posibilidad de haber compartido con ellos recuerdos indelebles, y solo les pido
que me esperen un poco mas, que cuando los vea, los apachurrare mucho mucho, y
les chismeare todo lo que he vivido en su ausencia, lo mucho que los extrañe y
lo feliz que estoy de que estemos juntos, riendo como siempre lo hacíamos.
Esta Navidad
extrañe a los que me esperan en casa y también aquellos que me esperan en algún
lugar mucho más tranquilo y hermoso. Anoche extrañe a los que se me adelantaron,
a esas luces que de seguro iluminaran mis momentos mas difíciles con el recuerdo
de su inmenso cariño. Anoche los recordé como siempre: Hugo, Dominga, Victor, Hernildata, Gamaniel y Froilán. Sé que nos volveremos a encontrar. Hasta siempre y Feliz
Navidad.
A ti también te extraño mi nariz fria, mi hermana, mi familiar...mi Mota!
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