Se avecina el número 33 para posarse sobre mi torta de
cumpleaños. Sí 33 años, ya deje hace rato mis veintes en manos del hombre que
escogí para ser mi compañero de vida, al que le digo gordis en todos mis posts,
a quién dedico mis versos, mis postres y mis gemidos jajaja(sorry, pero sin cochinadita, no sería yo mismo)…y a quién quiero
acompañar en este sendero que llamamos vida, con esa incertidumbre tan cruel de
no saber qué sucederá el día de mañana, pero que nos obliga a dar lo mejor de
nosotros el día de hoy.
Muchos piensan que llegar a los 33 años es catastrófico,
es como anunciar a viva voz que el apocalipsis individual dará inicio, otros
aseguran que esta edad está llena de peligros y una no tan escueta minoría incluso
profesa que el llegar a los 33 es encontrase en el punto más feliz de la vida,
yo no sé con certeza que significa. Sólo sé que me siento vivo, con fuerzas,
con nuevas metas y con un mismo amor que me impulsa a seguir adelante.
El día 3 de este mes, cumpliré 33 años…3 veces tres como versan los cánticos wiccanos. Dicen que con la edad llega la sabiduría, yo más bien, creo que con la edad llega la paz, el aceptar lo bueno, lo malo y lo feo de nuestro trayecto, sin que nada nos abrume, con mucha esperanza de que los cuarentas me sienten mejor que los 30, perdonando mis propios errores, abrazando mis culpas, mis múltiples defectos y mis pocas virtudes, y darme cuenta que lo más valioso que tengo en esta vida es mi familia y mis amigos y que aunque el mundo se me caiga encima, yo seguiré sonriendo porque tengo muchos motivos para hacerlo.
Puedo decir, sin reparo alguno, que recibiré mi cumpleaños sin parecer una
copia menos amarillenta de Homero Simpson, la dieta ha dado resultado y aunque
la caída de cabello aún me está brindando batalla, aun conservo gran parte de
mi cabellera rebelde. Sin embargo, fuera de trivialidades fisonomicas puedo
decir que este es un gran momento de mi vida, donde todo parece caer en su
lugar, sigo con mi pareja, tengo una familia aún más numerosa con la llegada de
mi cuarto “terremoto” (Ariana, Nicolas, Matías y Vanya) y algo me dice que
llegará uno más muy pronto y con ello mis a veces proféticos sueños serán
cumplidos: tierra, fuego, agua, aire y espíritu. Mis cinco terremotos serán fuertes,
inteligentes, con carisma y un gran corazón, espero llegar a ver con mis ojos
lo que he soñado tantas veces.
Y como si fuese poco, este mes celebraré otro gran acontecimiento, y los
números no podrían ser más propicios y significativos, el 3 y 5 están por doquier. El día 3 mi cumpleaños, 3 como la triple diosa: La
Doncella, la Madre y la Anciana, 33 años, mi edad…osea, 3:33: Por el poder de
tres veces tres y también la hora en que el velo de los mundos se hace más
delgado, la hora que me despierto todos los días, la hora en que me susurran desde otro plano existencial, la hora en que mis sueños son más vívidos, y 5 mi número de la suerte, el número que me corresponde en numerología, tras sumar cada dígito asignado a las letras de mis nombres, y asimismo 5 es el día de mi aniversario y como si fuese poco 5 son las aristas del pentágono, y además este año celebraré 12 años con mi pareja, como 12 son los signos del zodiaco, 12 los meses del año,
12 las tribus de Israel, 12 los apóstoles, 12 las estrellas en la corona de
María, 12 los genios solares y si sumamos
1+2, pues tendremos 3 nuevamente…3:33…este es el año.
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