Sí se puede

Ya que “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”, debo añadir que tampoco por “su ropa, o sus afectos”, podríamos en teoría cambiar el mundo con simples actos de bondad. Y sí, quizás parezca utópico, pero “Tengo un sueño”, en el que nadie te mire con desprecie, te señale como un desperdicio, que te apunte con el dedo sindicando que no eres más que una paria.

Dicen que los cambios radicales se gestan al calor de las masas, al rugido enajenado de quienes protestan, pero quiero creer que los cambios también se hacen de a pocos, se siembran en la gente con palabras y actos de bondad, con sinceridad con paciencia, mostrándoles cuan equivocados pueden estar ciertos preconceptos y prejuicios adoctrinados por una cultura machista, racista y llena de un profundo temor a lo que no conoce y no desea entender.

Si, cambiar al mundo con paz puede sonar demasiado ambicioso, pero porque soñar en pequeño, si “no hay camino a la paz, sino que la paz es el camino”, entonces porque que hay tanto odio y discriminación en el corazón de los hombres, pues, quizás por ignorancia. Por eso, creo firmemente que es deber de todos en la comunidad LGTB procurar cambiar el entorno inmediato.

Y sí, si se puede. Cuando uno va al mercado con su pareja y te dicen tu hermano, y sonríes corrigiendo amablemente: “No es mi hermano, es mi novio”, viendo su mirada de extrañeza, y esos tres segundos que le toman a sus neuronas hacer sinapsis, para decir: “y que les despacho”, y la próxima vez que vas solo, te pregunta: “¿y su novio?”, comprando frutas en el siguiente pasillo.

El cambio del entorno inmediato se da, cuando vas a entrar a cirugía y la enfermera me dice: “su amigo lo está esperando afuera” y yo respondo: “Es mi novio”, y ella me pregunta: “Le entrego tus pertenencias a él entonces”, si claro, añado: “Y que no llame a mis padres hasta que este en mi cuarto, no quiero que se preocupen”.

El entorno se cambia, cuando en tu trabajo organizan una fiesta y te permiten ir con tu pareja y desde entonces tus jefes le mandan saludos. El mundo se hace más seguro cuando tus alumnos te preguntan: “Teacher, Are you married?”, y contesto: “I can’t get married in this country”, y ellos añaden: “But, you could travel abroad”, y yo solo sonrió: “Maybe”, y luego te preguntan: “How long have you been with him?” y les digo: “More than 17” y ellos: “Wow, yo no llego ni a 4 meses”.

Pero quizás el cambio más importante en la vida de un integrante de la comunidad LGTB, es cuando “sale del closet” frente a su familia, y esta simplemente lo abraza y pregunta: “¿Cuándo lo conocerá?” y cuando llega ese momento, simplemente lo abrazan y lo siguen contando como miembro de la familia. Se refieren a él como hijo político, le celebran su cumpleaños, y ya ahora hasta lleva los platos a la cocina jajajaja.

Supongo que sigo creyendo en que: “Un maestro, un alumno y un lápiz pueden cambiar el mundo”, pueden hacerlo mejor para todos. Y es que cada uno dentro de la comunidad LGTB, decide como quiere cambiar el mundo para hacerlo más comprensivo, más respetuoso, más igualitario; ya sea marchando anualmente o no. Ya sea simplemente mostrando que las parejas y familias homoparentales pueden ser tan fuertes y virtuosas como las parejas heterosexuales.

Si, quizás no es la historia de muchos, ¿Pero de qué depende? ¿De suerte? No, depende de amor, de eso se trata todo el cambio. De ser honestos, de ser pacientes, de mostrar que no todos somos iguales, que el ser bueno o malo, no depende de tu “orientación sexual”, sino de tu calidad como ser humano.

Si, estoy orgulloso de ser quien soy, con todos mis colores, y no sólo celebro el “Día del Orgullo Gay” para celebrar con quien me acuesto, celebro la lucha por la visibilidad, la igualdad de derechos. Hoy celebro el amor que me rodea, las amistades que no juzgan, a los aliados en esta lucha. Hoy celebro el apoyo incondicional de mi familia, ese que me mantiene fuerte y feliz, listo para seguir esforzándome y procurar haciendo mi mayor esfuerzo para cambiar el mundo, a mi manera.