El dolor es algo común
para el ser humano. Solemos tropezarnos con los muebles (algunos con más
frecuencia que otros) golpeando nuestros dedos meñiques, nos raspamos las
rodillas, los codos, acumulamos tensión en el cuello y hombros, y a veces nos
duele la cabeza por stress, o el estómago por haber comido más de la cuenta, pero
se imaginan padecer de un dolor generalizado, agudo, punzante, lacerante todo
un día, una semana, un mes, todo el año, y toda la vida. Pues esa condición médica se llama:
Fibromialgia y afecta entre el 3 y el 6% de la población mundial, sin embargo
poco o nada se sabe de esa condición antes de un diagnóstico.
En países del llamado “primer
mundo”, el diagnóstico puede tardar hasta un año, y en países como el nuestro
el diagnostico puede tardar hasta 5 años, ya que aún para los neurólogos, traumatólogos
y demás expertos les resulta difícil el dar un diagnóstico.
Y ustedes se
preguntarán: Y? Es sólo una enfermedad más, además analgésicos y ya. Pues, me
temo decepcionarlos. La Fibromialgia, es una enfermedad que ataca el sistema
nervioso y musculo-esquelético de manera degenerativa y que no tiene cura
conocida, aún se desconocen las causas, simplemente tienes que vivir con eso,
echando mano de analgésicos fuertes, de ejercicio moderado, de dieta balanceada
y medicina holística.
Ay chispas, dirán
ahora. Pero bueno, un poco de dolor debe de ser manejable…pues, no. El tener
rigidez en las piernas y brazos todas las mañanas, que tus rodillas crujan
cuando caminas y sobretodo, cuando hay cambios bruscos de temperatura, que se
te adormezcan las manos en plena mañana, que sientas un cosquilleo recorriendo
tus brazos sin siquiera hacer esfuerzo alguno, que sientas hincones en la espalda
baja o tirones musculares en los glúteos y /o en el cuello, migrañas
constantes, con mareos, dolores abdominales como con cólicos, padecer de
insomnio, o dolores focalizados en una de las tantas articulaciones del cuerpo
humano, o dolor en los huesos como si te lo hubiesen golpeado al punto de
fisurarlo y lo que es peor, tener que vivir días en los que no tienes energía
ni para levantarte de la cama, y tienes que girar lentamente como para que tus
piernas respondan, sostener tu espalda como para que no se mueva bruscamente y
arrastrarte hasta la cocina para tomar tus pastillas y echarte porras a ti
mismo, esperando que ese día no sea tan malo como esperas.
La fibromialgia al
igual que otras enfermedades silenciosas, solo atormentan a quienes la padecen,
y ya que no hay signos visibles, como dicen por ahí: la procesión va por
dentro. Muchos de los pacientes con fibromialgia, consumimos entre tres y
cuatro analgésicos al día, nos conocemos todas las “pepas” por generación
farmacológica y endiosamos a la más potente, la que nos deja en estado “zen”,
medio “high” pero hasta cierto punto “operativo”, con sólo algunos problemas
para articular el lenguaje y dificultad para recordar datos tan sencillos como
tu propio nombre. Hay días buenos y hay días malos, pero c’est la vie!
Así que cuando veas a
tu pata, chochera, causa, brother atiborrarse de analgésicos, pregúntale si
está bien, y no asumas que es un adicto a los analgésicos y hagas lo que hagas,
no le gorrees sus “pepas”.
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