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Secretos

Hay días en los que siento que debería de disculparme por todo y por nada al mismo tiempo. Días en los que no sé si estoy de salida o estoy llegando, si mi cerebro está funcionando adecuadamente, o de plano su proceso sináptico esta hasta “las caiguas”. Hay días en los que necesito organizar un meeting de urgencia entre los hemisferios de mi cerebro y darles un par de cachetada a ver si así se ponen de acuerdo…a veces  pienso que debería de darle la razón a mis alumnos cuando me dicen, teacher: usted está entre moody y bipolar, pero sólo atino a sonreír.

A veces me pongo a pensar, que mis viejos han de haber tenido una paciencia increíble para criarme, y como el “conejillo de indias” sobrevivio, pues se aventuraron a tener otros hijos jajaja. Cada que llego al trabajo y me encuentro con mis amigos, me pregunto, que toman estos, que se inyectan, que se pasen una pastillita al menos, y es que hay días que simplemente no son mis días y soy antipático sobremanera. En serio muchachos y muchachitas, como carajos me aguantan?

A veces pienso en que debería de cocinarles algo, darles una botella de su licor favorito como premio a la paciencia, y después se me van las ganas jajaja…ya, pueden dejar de insultarme por haberlos entusiasmado! 

Y es que han llegado a conocerme al punto de que saben cuándo es mejor solo saludarme y retroceder lentamente como evitando detonar una bomba, y cuando no parar con las bromas para que mi ánimo se reavive como un fuego con poca leña. Y aun cuando han llegado a leerme como un libro abierto, estoy más que seguro que hay cosas de mí que no saben, como por ejemplo mi nombre completo y el porque de cada uno de ellos, mi color favorito, mi segunda comida favorita, mi canción favorita, mi mayor miedo, mi pastilla preferida, o el aroma que no tolero, ni mucho menos mi mayor sueño o mi juego preferido (y no es ese que están pensando…ese va en segundo lugar jajajaja).


Supongo que, hay cosas que uno llega a conocer de su amigo, novio, esposo, pareja… poco a poco, pero siempre queda algo a la deriva, algo que es desconocido y de eso se trata el asunto, de tener secretos que no compartiríamos ni con nuestra propia sombre. 

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