Siempre escribo de mi
madre, de mi abuela, de mis hermanas, de mi abuelo, de mis amigos, de mi gordis
y hasta de mi, creo que a través de mis posts, todos se han vuelto cómplices de
esta psicodélica travesía que yo llamo vida, y es que además de gordo, velludo,
gay, y con rasgos de OCD y por demás adicto al shopping, los analgésicos y al
gay porn, también escribo, a veces lo hago de manera muy frecuente, pero no
todo lo que escribo es apto para ser publicado, ya ven, y ustedes que pensaban
que no tenia control jajaja…pos, pos, pa’ que te digo que no, si, sí…alguito de
cordura queda aquí.
Mañana se celebra el
día del padre, y bueno, acerca de él no he hablado mucho. Supongo que es un
vestigio de esa educación castrante y machista con la que crecía. En fin, de mi
padre puedo decir, que compartimos el nombre, el carácter jodido y además
explosivos, que nos encanta el alcohol, con la púnica diferencia que yo nunca
me quedo dormido en la puerta de mi jato, ni hago escándalo. Y es que mi viejo
es un personaje peculiar, no tuvo una figura paterna, y a pesar de todo no lo
ha hecho tan mal cuando le tocó a el mismo ser padre, aunque creo que el rol de
abuelo, que hoy desempeña con orgullo es el que mejor le queda.
Mi viejo; alias el
negro, el burro – al menos así le dicen sus amigos de la pichanguita
dominguera, supongo que eso es de
familia jajaja…gracias viejo, perdón divague, - o Cáceres como le digo yo desde
hace casi una década, o Tata como le dicen mis sobrinos; tiene 53 años, mide
1.70, es moreno, usa bigotes pero jamás barba y tiene la cabeza casi totalmente
llena de canas (las cuales lleva con orgullo, y jamás pensaría en pintárselas-teniendo
un hijo gay, el que se crea metrosexual sería la cereza del helado), aún ejerce
como efectivo policial, fue un padre a veces ausente, otras castigador, nos
educo bajo la consigna de: “letra con sangre entra”, “aquí mando yo y se hace
lo que yo digo”…al menos así fue hasta que nació mi hermano hace ya casi 21
años, con él el rol paterno cambio, ya no era el autoritario-dictador sino más
bien alguien con quien se podía conversar, y aunque ha hecho cada cosa cagona que
bien podríamos recriminársela, lo queremos un huevo.
Asumo que entre mi
viejo y yo, hemos llegado al status quo, en donde un carajo mío equivale a uno
suyo, lo trato de tu, es más no recuerdo la última vez que le dije papá,
siempre le digo por su apellido o negro, o viejo, y conversamos de todo. Si
bien mi viejo nos ha hecho llorar, nos ha hecho pelear, nos ha hecho
indignarnos y a veces hasta avergonzarnos por su problema con el alcohol, pues
tengo que reconocer que los años no pasan en vano y que debajo de esa actitud
fuerte y enérgica que puede llegar a despotricar violentamente, yace un hombre
amable, galante, detallista, un padre amoroso y un abuelo por demás engreidor.
Si algo he de agradecer
sobremanera a mi viejo, es como manejo la situación la primera vez que le dije
que era gay, yo ya estaba preparado para recibir golpes y propinar otros ( a
que sí, por qué tampoco me iba a dejar, pues no era un delito, querer ser
feliz, sin mentiras de por medio), recuerdo que fue un 20 de diciembre a las
9:00pm del año 2002, el sólo respiro profundo me dijo que me quería y que
seguiría siendo su hijo por encima de todas las cosas, eso sí, en un principio,
lo último que quería era conocer a mi gordis, ahora, cuando caigo de sopetón a
visitarlos, lo primero que me pregunta es: ¿Y cómo está César?, es que mi viejo
ha llegado a tener una relación filial con mi gordis, aun cuando la diferencia
generacional no es mucha jajaja. Ahora, conversamos a calzón quitado, de la
vida, sin tapujos. Los domingos después del almuerzo armo la mancha (mi mamá,
mi viejo, mis tías y si mi abuela se anima también) y nos vamos al cine, a dar
una vuelta, a comer o simplemente descorchamos unos vinos y ya. Ese es mi
viejo, el que alguna vez fuese un padre ausente, hoy es mi amigo y ni que decir
de como es en su rol de abuelo, los nietos se le trepan encima, le hacen
cosquillas, le quitan el control remoto, se suben a saltar a su cama, lo sacan
al parque para que peloteen un rato, arma rompecabezas, les lee cuentos, les da
de comer con el avioncito y todo y hasta ve sus DVD de Hi5, Toy Story y demás vainas…a
veces me da un poco de envidia verlo tan presente con sus nietos, y después
pienso para mis adentros y mis tantas voces mentales: “A la mierda…lo que no
fue, no fue y lo que es, es”, no tuve el mejor padre del mundo, pero ahora
tengo un gran amigo y le deseo que en su día la pase genial. Sé que él no leerá
este post, pero, no importa, tenía que escribirlo, se lo debía a mi yo infantil
que muchas veces le dijo “Feliz día del Padre” y le preparaba esas manualidad
pendejas que te hacen hacer en el colegio, se lo debía al adolescente temeroso,
pero sobretodo se lo debía al adulto que hoy tiene los huevos bien puestos para
decir: Soy gay, y si te jode no me importa, son feliz, mis viejos son felices y
me aman, así que tus sandeces, tus odios, burlas e insultos las haces conito y
te la metes por donde no de el sol…hoy a mis 31 años puedo decir que mi viejo
es un buen tipo y que lo quiero.
Gracias por tu apoyo,
por esa amistad que tenemos hoy en día, por esa manera con que tratas a mi
gordis, gracias por ser esa fuerza que alienta mi caminar en esta ciudad a
veces tan agresiva y homofóbica!
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