Envidia, envidia, me
tiene envidia…jajaja…me encantaría verles la cara de signo de interrogación que
deben de haber puesto jajaja, don’t worry dears, deers, honeys and bitches
jajaja…no estoy escuchando a las culisueltas, en realidad el día que escuche
esa huevada de música es porque estoy a punto de suicidarme!
Y bueno, para ser
honestos no cree que haya alguien en la tierra que me envidie, quizás les de
cólera a muchos, quizás a muchos les moleste lo frontal que puedo llegar a ser,
lo jodido y lo sucio de mi mente, lo excesivamente puntual y lo neurótico que
me puedo poner con mi trabajo.
Y es que si hablamos
de envidia, yo me confieso envidioso, pero debería de especificar etapas de
envidia.
Durante mi niñez
envidiaba a los niños que salían a jugar con su padre los fines de semana al
parque, el mío si estaba de descanso dormía o renegaba o en el mejor de los
casos estaba trabajando. O a mis amigos que tenía un hermano un tanto mayor que
ellos con quien peleaban pero que también se llevaban de la puta madre. O a aquellas familias que planeaban sus
vacaciones una vez al año, también a aquellos niños que jugaban en la calle
hasta tarde, sin que su mamá los llamara de un grito y los sentara a seguir
haciendo sus tareas. Envidiaba la aparente perfección de las familias que
conocíamos.
Y qué hay de la
adolescencia dónde envidiaba ante todo la normalidad de mis amigos de colegio…y
es que ser gay, gordo, velludo, neurótico, de personalidad múltiple y además
con aires anarquistas pues no fue fácil, pero fue intensamente divertido…como
siemrpe les digo: mientras ustedes estaban pensando en la pichanguita de los
sábados, yo estaba haciendo acrobacias en “telos” jajaja (bitch detected!)
Ya en la universidad
envidiaba a los niñitos de papá que se la llevaban fácil, que no trabajaban…a
los que en toda su vida fueron buenos en los deportes, siempre fui una “taba”
para todos los deportes, en fin…luego envidie la legalidad de sus matrimonios,
la enorme diferencia entre sus derechos civiles y los míos, pero, que se le va
hacer…he aprendido a valorar lo que tengo, una familia disfuncional pero que
cuando se reúne en plan comida y trago la pasan genial y cuando necesitamos
ayuda sabemos que nos tenemos los unos a los otros. He aprendido que mi familia
es lo que me nutre de fuerza para decir: Soy Gay y si no te gusta, pues get in
line and kiss my ass bitch!
Supongo que es después
de reconocer a mi familia como el núcleo más fuerte, he podido ser capaz de
encontrar el amor de mi vida, un hombre bueno, cariñoso y aunque dormilón, me
ha hecho y me hace feliz día con día.
Ahora sólo envidio la
facilidad de mi gordo para dormir todo el domingo, y de taquito aborrezco mi
hiperactividad genética. Supongo que siempre habrán cosas que no tenga, pero
tengo lo más importante que es una familia que me apoya, me respeta y me ama, y
a un hombre con quien escribo mil y una historias, todas terminan en: they
lived happily ever after! Así que bien podría decir que sí, hay quienes me
tienen envidia, envidian la felicidad rechoncha que hago gala día con día
jajaja. I love a man, y
lo digo Out, Loud and Proud!
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