Son las 3 o 4 de la mañana, estiro mi brazo para confirmar la hora en el celular que reposa en el velador de mi cama, y completamente despierto, tarto de disociar la realidad tangente de aquellos vestigios de sueños que se percibieron tan reales, que aun intentan inmiscuirse en este repentino estado de vigilia. Ponerse de pie, tratar de recordar de qué lado de la cama dejé los zapatos, caminar despacio rozando las paredes, siguiendo el pasadizo hasta el baño, con esa sensación de mareo y tratando de hilvanar todos los retazos del sueño que me despertó en primer lugar. Llegar al baño, prender la luz, ver mi reflejo en el espejo, lavarme el rostro, secarme, apagar la luz nuevamente y ya más lúcido desplazarme hasta la cocina, abrir el refrigerados y sacar la botella de agua helada del anaquel inferior en la parte interna de la puerta, beber como si de eso dependiese mi vida, y regresar a la cama, acomodar las almohadas, cobijarme, adoptar posición fetal y volver a dormirme, tan sólo p
Escribiendo lo que pienso, lo que hice y lo que hago!