Soy un hijo de los 80’s, de la época del techno, de los versos lascivos de los cuentos de la cripta. Soy un hijo de los 80’s nacido en la época de los apagones, de los coches bomba, de las colas interminables por un kilo de azúcar, de los cortes de agua sin previo aviso. Y de la siempre machista televisión peruana cuyo rasgo primigenio ha sido siempre el ridiculizar a las personas LGBT. Crecí con la imagen de que ser gay, era no sólo un pecado capital, sino lo peor que podría pasarle a alguien, crecí creyendo que ser gay significa que uno debe vestirse de mujer o dedicarse a la cosmetología – sin ánimos de ofender a quienes optan por hacerlo. Crecí en los 80’s y 90’s en el oscurantismo místico, en el que quien fuera gay sería socialmente lapidado, excomulgado de su círculo familiar ipso facto, y al que sus amigos ridiculizarían simplemente por el placer de sentirse “normales”. Y aun cuando la figura del gay, lesbiana, travesti y bisexual no ha cambiado mucho en la concepción
Escribiendo lo que pienso, lo que hice y lo que hago!