Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2012

Al sur!

Hablar de glúteos mayores o derrieres o cucús o de plano potos jajaja es un tema controversial entre vedettes y también entre gordos y que por alguna razón en particular es un anuncia llamativo sin luces de neón peor con la misma capacidad de captar atención de multitudes jajaja.   Y es que si pienso en hombres, lo primero que voy a alucinar es en el cucú del pata (sorry se me salió mi parte más rapaz), sin lugar a dudad, si veo a un pata por más guapo que sea, si no tiene con que rellenar la parte posterior de sus jeans, pues…next! Okay, okay primero dirán, en el Perú hay una escasez de traseros que te ponga, eso es cierto hay pocos, pero a mí tampoco me gustan esos que parecen culo de hembrita y que además se paran todos quebraditos…fuck…seme erizo el cuerpo…aggggh…me gustan los patas de caderas amplias y de suficiente masa muscular de donde sujetarse jajaja y segundo dirán, gordo de melas que michi haces mirando potos ajenos si están con pareja, osea hellou jajaja…y si pues m

Juntos

Hoy leí: “Y quién dijo que la vida de osos es salvaje? Nada más lejos de mi realidad cotidiana, y es que el día transcurre tan domésticamente como recuerdo transcurrían los días de mi madre. Mis días comienzan y terminan con un beso, esa rutina tan empalagosa en la que todo esta calculado, lejos de estresarme, me da un seguridad estimulante. Ser Oso en Lima es ser parte del grupo de voluminosos integrantes que por lo general tienen barba y gustan de otros Osos. Y es también ser parte de un grupo que no entra en los cánones de la moda. Por allí leí los abdominales marcados (sixpack) atraen, bueno para que negarlo jejeje, pero las panzas enamoran, eso es verdad absoluta. Mi sobrepeso salta a leguas jajaja, no hay forma de ocultarlo, tampoco intenciones, soy feliz en la prosperidad de mi circunferencia. Vivir en pareja es sin lugar a dudas el reto más intenso y gratificante que he enfrentado. Lo que más me gusta de mi sexualidad es la manera en cómo ha destruido paradigmas, antes s

Que cocinaré hoy? Y mañana?

Esto les parecerá estúpido, pero toda ama de casa lo entenderá, y es que la pregunta del día siempre es: “qué cocinaré mañana?!”, supongo que de total las interrogantes en mi vida, esta es la más recurrente. Ha pasado de generación en generación en mi familia y en muchas más.   Y es cuando me encuentro frente a la cocina me hago esa pregunta, la respuesta es siempre cuestión de instinto y antojos, veo que hay en el refrigerador, en la alacena y si logro combinar los ingredientes, voilá, cocino algo rico, sino a la mierda y salgo a Tottus a comprar los ingredientes para cocinar lo que se me antoje. En estos últimos meses he dedicado devotamente mis ratos libres a la repostería (Plevisanni cuídate!), y con cada cucharon embarrado de masa o como el olor a chocolate caliente filtrándose por la puerta del horno, e inundando cada rincón de la casa, me remonto al tiempo en que era niño y visitábamos la casa de mi abuela los domingos y ella horneaba un queque y nos peleábamos la cuchara

Y yo los declaro marido y marido!

Y yo los declaro marido y marido! Esta frase ha revoloteado en mi mente desde hace años aún cuando he tratado de no hacerle caso para no deprimirme por el simple hecho de no poder concretar mi sueño más intenso. A casi 10 años de relación con mi gordis, el anhelo de planificar una boda se ha convertido en una constante a veces hasta incómoda, y es que lo he alucinado como en una película de Almodovar, torcida, escandalosa, hilarante y con altas cargas de sensualidad, me alucino caminando junto a mi gordis, yo del brazo de mi madre y el del brazo de la suya, y encontrarnos al final de un pasillo flanqueado por floreros altos llenos de lirios de colores y por sillas vestidas de blanco en las cuales nuestras familias y amigos están sentados viéndonos caminar con paso lento pero seguro hacia una glorieta de madera blanca y orquídeas rojas, rosadas, naranjas y lilas que recuerden la primavera que me vio nacer a mí y este amor.   Y al llegar tomar su mano entre la mía, como me gusta hac

Sopita de pollo III

Sopita de pollo un carajo, lo que yo quiero son chocolates! Estoy en proceso de reestructuración pisco-emocional, por lo que dejaré de lado la fucking sopita de pollo que me recuerda el estar enfermo y deambulando entre mi cama y el sofá. Después de unas cuantas sesiones con la psicóloga quien resulto ser casi cuerda jajaja, la proxima voy donde un psiquiatra asi me prescribe farmacos jajaja, en fin, ahora puedo decir que ya sé cuál es mi problema, simplemente una depresión debido a los cambios drásticos en mi vida y al stress, algunos de ellos pensé que ya los había superado pero no, resulta que sólo los he bloqueado, que mi sonrisa a veces picara y otras de plano pendeja ocultaban una tristeza y una preocupación punzante. Dejar la casa de mis padres fue una decisión importante y de la cual no me arrepiento en el total del hecho, aún así extraño el bullicio y la compañía 24/7 de mis familiares, el bajar a la cocina de mi abuela y ponerme a cocinar con ella, el regresar de clase