Yo quiero ser Fiona

Estoy más que seguro que muchos esfínteres se aflojaron al reírse alucinándome con vestido verde y cabello rojo y más aún con barba, algunos se habrán dado un “facepalm” tan de moda y habrán dicho con ese sutil y devocional tono “otra mariconada más”, y bueno quizás no estén lejos de la realidad, ya saben que en cualquier momento suelto la pachotada del día c´est la vie.

Y es que de todas las estilizadas y plásticas princesas de la vieja escuela de Disney y de taquito el arquetipo tan irreal de la “Barbie” es por demás nauseabundo. En los miles de memes de la página “Have a Gay Day” encontré uno que versaba así:

“Las chicas pueden tener el cabello corto u no ser lesbianas,

Los chicos pueden ser sexy sin un six-pack en el abdomen,

Las chicas pueden ser sexy sin un cuerpo depilado al 100%,

Los chicos pueden tener vello de la cintura para abajo y ser sexy,

Las chicas pueden tener estrías, curvas y rollitos y aún ser sexy”

“El género no determina lo que uno puedo o no puede ser, lo que a uno le gusta o desagrada y mucho menos la manera en que uno puede o no lucir”

Y es que estamos alienados, esta bien que conservar un peso adecuado es bueno para tu salud, pero tampoco tenemos que derrochar nuestra vida entera haciendo ejercicios, dietas, poniéndonos bellos cual “bomnbón” pues hoy nos toca, pues al que le gustamos y nos ama sinceramente, no va a querer “dar” mañana, tarde, noche y de madrugada jajajaja…sin miramientos acerca de nuestros miles de defectos físicos.

Fiona simboliza esa afrenta contra los parámetros sociales, un afrenta a los cánones estéticos tan arraigados en la sociedad global, el ser gordo no implica la ausencia de ese carisma y de sex appeal, y al mismo tiempo difunde esa imagen de mujer independiente, aguerrida, capaz de defenderse por sí misma y de defender a los suyos, sin perder ese toque espontaneo de dulzura.

Y el hecho de que una niña de 11 años me diga, mi princesa favorita es Fiona con un desparpajo insondable, fue un sopapo de frescura y desconcierto que simplemente me reconfortó y haciendo que la realidad circunstante haga las paces con mis ideales. Yo sólo sonreía y pregunte, por qué? ella respondió: “Pues se parece a mi mamá: fuerte, independiente, graciosa, amable pero que te puede dar un golpe de karate tipo matrix”, si no lloré de la emoción y grite “Hallelujah, pray the Lord”…y mucho menos que me arrodille y bese el piso diciendo: “no todo está perdido”, fue porque estaba en clases.

Y es que Fiona es mi princesa favorita, (no quisiera dejar sin mencionar a Fa Mulán pero era plebeya - ay fo! Jajajaja-, pues ella sí que la rompía en las batallas), en fin…me gustaría algún día proyectar ese ejemplo en los pre-adolescentes y adultos que enseño, el valorarse a sí mismo por como son, el enfrentar al mundo con una sonrisa, el atreverse a ser diferente y ser feliz siéndolo, el divertirse con lo que uno hace, el valor del ser humano sin considerar su género, raza, orientación sexual o condición social!

Por eso y más, quiero ser Fiona y marcar la diferencia!