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Mostrando entradas de abril, 2018

Qué looooco!!!!

¡Tú y yo estamos locos Lucas! Era la frase de uno de los sketches que más disfrutaba de Chespiritu, donde Chaparrón Bonaparte y Lucas Tañeda, dos individuos que rayaban en excentricidades y costumbres por demás inverosímiles. Y es que Chaparrón y Lucas, representaban de manera satirica un problema que en Perú se ha convertido en algo alarmante. Según estadísticas del MINSA y el INSM estiman que 1 de cada 3 peruanos, ha experimentado un tipo de problema de salud mental y la incidencia de discapacidad laboral por enfermedades mentales es de un sorprendente 35.1% en ciudades como Lima. Lo que me hace pensar si nos estamos volviendo más locos con el pasar de los años o quizás como lo escuche hace un tiempo atrás, es que a los niños de ahora ya no los hacen como antes, cualquiera que sea la razón, lo más preocupante aún es que de todos los pacientes de enfermedades mentales, sólo el 4% se atendió en un centro especializado. Entre los trastornos mentales más recurrentes tenemos la d

El vaso

Si tienes un vaso frente tuyo cuyo contenido liquido es exactamente la mitad de la capacidad del mismo. ¿Está el vaso medio lleno o medio vacío? Si lo ves medio vacío, asumiríamos que eres una persona pesimista, de esas que abundan por doquier, si por el contrario lo ves medio lleno, la mayoría te definiría como un optimista irreconciliable con la realidad. Lo cierto es que esa percepción varía de individuo a individuo y de minuto a minuto. Ahora bien, si me preguntases como vería el vaso, pues allí cambia la cosa, como siempre tengo sed (de camello como suelo decir) y/o necesito agua para tomar mis pastillas, te diría: primero pregunto de quién es el vaso, si nadie lo reclama, y veo que el agua está limpia pues me tomo el agua así de simple y si veo que esta turbia se la echo a mis plantitas. Supongo que estos años en que mis dolores son más intensos y limitantes, y sobretodo imposibles de anticipar, he aprendido a ser un poco más agradecido con el día a día. Y es que aun

Doctores

Ir al doctor puede ser una de las experiencias más estresantes, el no saber qué está pasando con tu propio cuerpo es al mismo tiempo desconcertante y molesto, y mucho más aun dependiendo del médico tratante. En estos últimos 6 años he visitado a un médico por lo menos 1 vez a la semana, la mayoría de las veces en salas de urgencia por crisis de migraña “no especifica”, hiperalgesia y neuropatías y me han recetado todos los antiinflamatorios y relajantes musculares habidos y por haber. Otras veces han sido consultas con doctores de distintas especialidades sin que ninguno pudiese dar un diagnóstico final, al menos no por sí mismos. Y bueno como ya soy caserito de los servicios de salud me atrevo a decir que al igual que hay varios tipos de doctores. El apurado e insensible Es aquel que ni bien te ve, te dice que síntomas tiene, te pregunta: en escala del 1 al 10 cuál es su dolor y cuando le dices 8 – 9, te mira y añade: es poco probable, hace unas anotaciones con su letra chuec